¿Qué es lo que realmente queremos, para que vivimos?
En la penumbra y bajo las estrellas, pensemos, meditemos lentamente acerca cada movimiento que cometamos, sin dejar así de vivir la vida.
Sabemos que nada es color de rosas, y entendamos a la vida como una imperfección absoluta y/o una imperfección imperfecta. Al hacer eso, ya habremos comprendido la mitad de lo necesario para poder subsistir.
Buena vida, a la mala costumbre.
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